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estrenando los 28 ...
la verdad es que no se puede decir que mi primera semana con los veintiocho recién cumplidos haya sido muy ociosa porque tres de los siete días he estado de guardia (realmente aún no he cumplido la tercera, que la tengo mañana domingo) y ando liada con dos trabajos de publicación.a pesar de ello no me puedo quejar porque despedí los veintisiete como más me gusta, con la maleta en la mano descubriendo una nueva ciudad, en este caso de otro país: roma. no tengo muy buen recuerdo del viaje de ida porque me mareé en el avión y pasé un mal rato. si te mareas en el coche pues te paras, sales a respirar aire fresco y te tumbas donde sea. pero en este caso ni podía pedir al piloto parar, ni podía bajar la ventanilla ni podía tumbarme. así que cerré los ojos e intenté relajarme. al final se me pasó, pero menudo mal trago. menos mal que el vuelo de regreso transcurrió sin incidencias.pero enseguida se me olvidó el mareo. íbamos más de cien oncólogos a este curso. tres buses nos esperaban en el aeropuerto para llevarnos al hotel, con guía que nos iba indicando aquéllo de "a su derecha pueden observar... a su izquierda pueden observar...". pena que fuera de noche y no se pudiera apreciar el paisaje con todo lujo de detalles. pero para ello teníamos dos días en adelante.tras llegar al hotel y dejar la maleta en la habitación, con bombón de bienvenida y carta de agradecimiento del laboratorio, bajamos a cenar al buffet. terminamos a las doce y aunque cansancio en el cuerpo había, los cuatro mañicos (estábamos agrupados con el correspondiente representante) nos fuimos a ver roma de noche, bajo paraguas porque llovía con ganas.
un taxi nos llevó a la piazza navona y, tras tomarnos un limoncello (que tute) en un bar de ambiente de los alrededores de la plaza, paseamos hasta el hotel pasando y parando en el panteón y la fontana di trevi, donde un morico intentó sin éxito camelarme a halagos para que le comprara prácticamente todo el ramo de rosas que llevaba. como no, nos pusimos de espaldas a la fontana y tiramos la moneda con la mano derecha sobre el hombro izquierdo por aquéllo de volver a roma. a ver si se cumple. por cierto, recomiendo pasear por roma de noche. qué cambio! de día todos estos monumentos atestados de gente que casi no puedes ni acercarte a ellos y de noche parece que la ciudad sea toda para ti.
el viernes por la mañana no os lo voy a contar porque fue todo teórico. afortunadamente el curso sólo era por la mañana. fue en una especie de seminario. comimos en el claustro, un entorno con encanto, pero todos con la chaqueta puesta.
pero mi tocayo Ra quiso obsequiarnos con una tarde soleada para poder disfrutar del foro romano y el coliseo.
poder pisar el mismo suelo que pisaron los romanos hace más de dos mil años me hizo sentir parte de la historia. terminamos la tarde en la terraza de un café enfrente del mismo coliseo.
por la noche cena de gala en un palazzio con música en directo y una atención esquisita. y para conocer la noche romana nos colamos (con la excusa de que éramos muchos e íbamos a consumir grandes cantidades de alcohol) en la disco más de moda "art café" donde chicos y chicas lucían unos modelitos que chocaban totalmente con el estilo de nuestra tierra.
el sábado día turístico total: vaticano (sin poder entrar por las horas de espera que nos impedirían ver nada más), piazza navona de día, fontana di trevi de día, toda la zona histórica de piazzas y edificios que han resistido intactos el paso de los siglos, piazza di spagna, catacumbas y basílicas.
como soy una incombustible, al terminar todo ello, como aún tenía tiempo antes de la cena, me fui por mi cuenta a pasear para ver lo que no incluyó el tour, el mercati traianei, el foro traiano, el monumento a vittorio emmanuelle, teatro marcello, arco giano, santa maria in comedin y circo massimo, con colofón en el arco di constantino y colosseo. de camino al hotel las típicas compras (pasta y queso parmesano).
cena de despedida con detalle de mi representante de sacarme velita en el postre y cantarme cumpleaños feliz. y como esta vez no nos apetecía meternos en un garito pues nos fuimos de paseo hasta el trastevere, nos tomamos una copa en una terracita y un gelato requeteriquísimo. es increíble la de gente que se junta en el trastevere: todas las calles llenas de gente y las plazas a rebosar, con espontáneos practicando capoeira mientras que otros le daba a al percusión. y de vuelta al hotel pasamos por la bocca de la veritá (sin poder evitar una emoción especial al recordar a audrey hepburn en vacaciones en roma).
el domingo me dio pena marcharme. a pesar de haber aprovechado a tope me quedaban cosas por ver y otras vistas por disfrutarlas con más tiempo y calma. así que a ver si se cumple la moneda y regreso a roma.
a media tarde ya estaba en zaragoza y llegó también zigor de algorta para celebrar mi cumpleaños. lo bueno se terminó y al día siguiente había que trabajar, pero el recuerdo queda para siempre y, como dije el último día, me parece una buena costumbre la de cada año cambiar de dígito en una ciudad diferente, para hacerlo inolvidable. pena que mi cumple no caiga en verano!hasta la próxima!
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