no hay nada más difícil para un médico que tener que ponerse en el lugar del paciente, literalmente. y yo, en lo poco que va de año, he tenido la oportunidad de comprobarlo.
ahí va mi experiencia!
el martes, saliente de guardia, estaba pasando planta (no las libro las de planta) y me entró un mareíllo, cosa frecuente en mí. lo achaqué al cansancio, a mi baja tensión, al hambre,... vamos, motivos no me faltaban.
me tumbé un ratín y se me empezaba a pasar cuando empecé a sentir pinchazos en la tripa. más de lo mismo, será el hambre... pero no iba a serlo. cada vez aumentaban y aumentaban hasta el punto de ser insoportables. de lo malo malo no eran seguidos. me venía una oleada y pinchazos y se calmaba. lo malo era que entre oleada y oleada no pasaban más de treinta segundos y que cada oleada me hacía ver las estrellas.
sí que dolió. tanto que me hizo llorar. nunca había llorado por dolor. no conocía ese tipo de sufrimiento. ahora sí que voy a comprender a mis pacientes.
todos mis compañeros se volcaron en mí. me pusieron medicación por vena que me calmó los dolores. no sé cuán de rápido, pero la verdad es que no se me hizo larga la "agonía". eso sí, la medicación me bajó la tensión y me quedé grogui, que la verdad era lo mejor que podía pasarme, descansar.
me hicieron análisis de sangre y me salieron las enzimas del páncreas altas, así que me ingresaron para control. me hicieron rayos y eco de abdomen que fueron normales.
me pasé la tarde durmiendo. y la noche también. aunque era un problema de digestivo lo mío, tito rober (uno de mis adjuntos) me ingresó en nuestro servicio para tenerme vigilada. y la verdad es que no tengo palabras de agradecimiento. todos han sido sumamente atentos y se han portado chapeau conmigo.
al día siguiente decidieron hacerme gastroscopia porque las enzimas habían mejorado, por lo que no parecía pancreatitis (cosa que agradezco en el alma). debí pasarlo mal, pero afortunadamente no recuerdo nada de nada al respecto gracias al midazolam (maravillosa la medicina, eh?). de "ponte de lado" a despertar tengo una laguna de cuarenta y cinco minutos (mi primera borrachera!). resultado: tres pequelas úlceras no complicadas. a mi edad! no sé cómo oso tener úlceras con 26 tacos! debería darme vergüenza! aunque me hace gracia pensar que serán por el stress del residente, porque nunca me he sentido estresasa en absoluto. agobiada sí, como todo el mundo, pero estrés? qué es eso? en fin...
ese mismo día me dieron de comer (llevaba 24 horas en dieta absoluta, que fue lo que más me costó, ja ja) y me sentó bien. así que a casa con omeprazol. una vez más, mis adjuntos cuidándome echándome de la planta esta mañana después de hacerme el análisis: que me tome mi tiempo y me ponga buena. pero yo me encuentro genial y mañana intentaré ir a echarles una mano, que estamos de trabajo hasta arriba y un cable es un cable.
pues nada, sólo decir que cuando eres médico y eres tú el que va por los pasillos andando, y eres tú el que manda pedir las pruebas, y eres tú el que entra a ver al paciente... se hace sumamente raro cuando se invierten los papeles... y curioso. yo me sentía un estorbo cuando me tenían que llevar a las pruebas...
bueno, superada la experiencia, ya puedo decir que he vivido algo nuevo. aunque no lo recomiendo ja ja... espero tardar otros 26 años en ingresar, aunque será antes porque pienso ser madre (si la naturaleza me lo permite claro está).
para terminar, una dedicación muy especial con todo mi cariño al grandioso equipo de oncología del miguel servet que tanto me cuida. os considero mi segunda familia!
p.d.: pazo, va por ti. debiste acojonar a mi cuerpo con la amenaza-broma del enema, que ayer me pasé la tarde en el baño. ala, podéis reiros todos.
hasta la próxima!
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