lunes, 24 de marzo de 2008

la primavera...

este año la primavera me ha llegado cargada de emociones y aunque en el fondo no me ha pillado nada de sorpresa, he de reconocer que a veces uno no se siente preparado para determinadas noticias.

el miércoles me tocó ser verónica en la consulta externa, lo cual no me disgustó en absoluto. es un encanto de médico y sus pacientes la tienen en tan buena estima que nadie entra con mala cara. lo difícil resulta estar a la altura de ella porque los pacientes sí que se muestran recelosos con una cara nueva, y más si es joven (aunque ella pueda pasar por resi también).

a las tres no me podía creer lo que se me avecinaba por delante: cuatro días de descanso! qué ganas! fui a por el coche, lo dejé en la calle y en sólo dos viajes pude cargar todo lo que llevaba. no hay foto del coche cargadico hasta los topes, pero os podéis hacer una idea. el viaje tranquilo y sin incidencias. a las siete ya estaba en casa con todo descargado. menos mal que mis padres no estaban que si no se me hubieran atacado al ver tanto paquetito.

no tardé ni una hora en salir de casa en busca de mis amigos. paseo hasta casa de jon para buscar a los chicos. de nuevo paseo hasta la estacíón donde karle nos esperaba motorizada para llevarnos a tomar algo a la triangu. terminé con los pies en la arena de sopelana. aprovechando mi "independencia" cogimos unas pizzas y cenamos en mi casa. de sobremesa intentamos fumar una cachimba pero no conseguimos que funcionara bien (luego nos daríamos cuenta de que nos faltaba una pieza) y sesión de fotos-música-cine en casa. hasta las cuatro super a gustito.

el jueves estrené el trastero que mis padres han alquilado para que guarde los trastos y no trastos que he acumulado durante estos cuatro años en zaragoza. jon me llamó para ir al monte y no dudé ni un segundo. en media hora estaba en la calle con la mochila preparada. destino: zalama, 1330 m. compañía: bien rodeada y protegida (félix, jon, aitor y paco). tiempo: increíble para la previsión, con solete, aunque el viento y la nieve no faltaron tampoco. me llevo un buen recuerdo de la segunda cima más alta de vizcaya.
la noche del jueves fue un tanto curiosa: empezamos paseando por la galea, bajamos con los patines a ereaga y terminamos cerrando los bares a base de breezers. yo tuve que decir basta para no sobrepasar la línea que nunca he cruzado. en el sofá de uno de los bares me sentí cual rachel en friends, me encanta ese sitio. y finalmente estrenamos la primavera de una manera muy especial, bajo una luna llena y un cielo estrellado. patinar-patinar, según como se mire, pero no con ruedas...

el viernes llegó la lluvia. y ya no se marchó. pasamos una tarde curiosa de bares. el viento "estrenó" mi paraguas nuevo y acabó en la papelera. vimos la tormenta y el oleaje a través del ventanal de un bar. compramos una revista de chicas para echarnos unas risas y desvariar un rato. y por la noche dimos una vuelta por algorta. plan tranquilo para un día de lluvia.

el sábado amaneció lluvioso pero hizo a bien de escampar un rato permitiéndome por fin patinar. eso sí, enfrentándome a un aire que casi podía conmigo. me sorprendieron los destrozos de la tormenta en los muros del puerto viejo. había oído comentarios pero pensé que eran exagerados. pues nada más lejos de la realidad... por la noche cenita en casa de karle, seguido de sing star, mario kart y book fotográfico de ilargi, la perra de asier. a medianoche salimos por algorta, y terminamos con maratón billar-diana, donde karle y yo les demostramos a los chicos de lo que éramos capaces... o de la suerte que nos acompañaba...
el domingo, como todos mis domingos en casa, suponía el final y el regreso. aproveché el kit-kat de la lluvia para pasear por la galea y perderme en mis pensamientos. después de comer recogí mis bártulos y preparé el coche. fui con el coche a la galea donde me planté en medio de la explanada de aparcamiento con los ojos cerrados y mi música favorita. es una gozada sentir como la lluvia y el viento azotan al salerito mientras yo me encuentro dentro segura y protegida. me despedí de los chicos y me puse rumbo a zaragoza. en altube nevó y fue una preciosidad, sobre todo porque no me dejó tirada en medio de la A68. zaragoza me recibió fría y nocturna, pero ahora que sé que esto se termina me hace hasta ilusión volver a este mi segundo hogar...

esta semana santa ha sido inolvidable. he descubierto una cara nueva y cuanto menos curiosa de la amistad. he tenido sonrisas y lágrimas, pero he aprendido que aunque no siempre se gana la vida sigue y hay que sacar el mejor partido de lo que se tiene, que no es poco.

hasta la próxima!

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