estamos en verano. no cabe la menor duda. los días son más largos, el sol está omnipresente desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche, llegamos a los 40ºC, las calles están medio vacías, las piscinas medio llenas (de los que no se pueden ir a la playa, como yo) y en el servicio funcionamos con el cincuenta por ciento de personal. pero la tranquilidad que supone todo esto se agradece también.
esta semana he sido polifacética: un día de hospital de día de pulmón, dos días de consulta externa viendo de todo, un día de planta, un día de busca, un día de hospital de día de cabeza y cuello, un día de guardia (batiendo mi récord, siete interconsultas en una tarde), ... para que luego digan que no hay variedad.
la alegría de la semana la visita de verónica, que se la echa mucho de menos, pero ahora le toca disfrutar de sus nenas, ya habrá tiempo para volver a la rutina. la pena de la semana tener que dar malas noticias. uno cree que se acostumbra, pero no es así. sobre todo cuando, por circunstancias particulares del paciente, no puedes evitar involucrarte personalmente. está prohibido, lo sé. pero todos tenemos nuestro corazoncito y hay cosas que no se pueden evitar. pero aún no hemos perdido la batalla y no vamos a tirar la toalla.
sigo fiel a mi cita diaria con la piscina y la bicicleta, siempre que el hospital no me retenga entre sus paredes. esta semana zigor se animó y nos fuimos a ver las obras de la expo. a la vuelta nos cruzamos con jota, que acababa de intercambiar su cochazo por otro, un descapotable de carreras.
el jueves quedamos para cenar de terracita, hay que aprovechar el buen tiempo. estrené el coche de jota. nunca había montado en un descapotable y menos en un coche de éstos que vas pegado al suelo, me gustó, aunque eso de que la gente se te quede mirando da un poco de palo. la cena de picoteo con compañeros del hospi y después copita en irlandés a la vera del pilar.
el viernes conocimos a quo, el gato de jota. no me considero aficionada a los animales y menos a los gatos. pero quo es adorable. muy educado, cariñoso y dócil. vamos, no parecía un gato. eso sí, me entró una especie de alergia estando con él. se me pusieron los ojos como si me hubiera colocado. me hizo gracia porque zigor tiene gato y nunca me había pasado.
este finde no nos hemos animado a ir a algorta y eso que eran fiestas. pero nada que ver con portu zaharra, así que tampoco sentía perderme gran cosa. estuvimos el finde anterior y el viaje resulta pesado para ir dos veces seguidas. además no nos faltó plan. son fiestas en tudela, tierra de irene, y nos invitó. pasamos un día estupendo: aperitivo en terracita, comida deliciosa en un sitio recomendado, helado italiano exquisito, paseo por la feria y por la ciudad viendo los desfiles de fanfarrias y peñas, para terminar en la plaza con el toro de fuego. la noche prometía pero había que regresar a zaragoza y estábamos cansados, así que poco a poco nos retiramos.
hoy domingo día de dormir, piscina, bici, limpieza del hogar y holganaceo. buenas noticias, jon tiene relevo. malas noticias, no antes de fiestas del puerto. pero bueno, siempre nos quedará la aste nagusia!
hasta la próxima!
esta semana he sido polifacética: un día de hospital de día de pulmón, dos días de consulta externa viendo de todo, un día de planta, un día de busca, un día de hospital de día de cabeza y cuello, un día de guardia (batiendo mi récord, siete interconsultas en una tarde), ... para que luego digan que no hay variedad.
la alegría de la semana la visita de verónica, que se la echa mucho de menos, pero ahora le toca disfrutar de sus nenas, ya habrá tiempo para volver a la rutina. la pena de la semana tener que dar malas noticias. uno cree que se acostumbra, pero no es así. sobre todo cuando, por circunstancias particulares del paciente, no puedes evitar involucrarte personalmente. está prohibido, lo sé. pero todos tenemos nuestro corazoncito y hay cosas que no se pueden evitar. pero aún no hemos perdido la batalla y no vamos a tirar la toalla.
sigo fiel a mi cita diaria con la piscina y la bicicleta, siempre que el hospital no me retenga entre sus paredes. esta semana zigor se animó y nos fuimos a ver las obras de la expo. a la vuelta nos cruzamos con jota, que acababa de intercambiar su cochazo por otro, un descapotable de carreras.
el jueves quedamos para cenar de terracita, hay que aprovechar el buen tiempo. estrené el coche de jota. nunca había montado en un descapotable y menos en un coche de éstos que vas pegado al suelo, me gustó, aunque eso de que la gente se te quede mirando da un poco de palo. la cena de picoteo con compañeros del hospi y después copita en irlandés a la vera del pilar.
el viernes conocimos a quo, el gato de jota. no me considero aficionada a los animales y menos a los gatos. pero quo es adorable. muy educado, cariñoso y dócil. vamos, no parecía un gato. eso sí, me entró una especie de alergia estando con él. se me pusieron los ojos como si me hubiera colocado. me hizo gracia porque zigor tiene gato y nunca me había pasado.
este finde no nos hemos animado a ir a algorta y eso que eran fiestas. pero nada que ver con portu zaharra, así que tampoco sentía perderme gran cosa. estuvimos el finde anterior y el viaje resulta pesado para ir dos veces seguidas. además no nos faltó plan. son fiestas en tudela, tierra de irene, y nos invitó. pasamos un día estupendo: aperitivo en terracita, comida deliciosa en un sitio recomendado, helado italiano exquisito, paseo por la feria y por la ciudad viendo los desfiles de fanfarrias y peñas, para terminar en la plaza con el toro de fuego. la noche prometía pero había que regresar a zaragoza y estábamos cansados, así que poco a poco nos retiramos.
hoy domingo día de dormir, piscina, bici, limpieza del hogar y holganaceo. buenas noticias, jon tiene relevo. malas noticias, no antes de fiestas del puerto. pero bueno, siempre nos quedará la aste nagusia!
hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario