domingo, 5 de agosto de 2007

síndrome burn out

siempre me he considerado una persona con bastante resistencia física y mental. no al estilo de los grandes atletas e intelectuales, pero sí para soportar el ritmo de un residente de un hospital terciario como en el que trabajo. pero me equivocaba.

estos cuatro años de residencia están haciendo mella en mí. en parte por todo lo que me pierdo por estar de guardia. en parte por todas las horas de sueño perdidas en mi vida por estar de guardia y no librarla. en parte por el estrés de estar sola de guardia y tener que hacerte cargo de las continuas llamadas al busca. hoy me han entrado unas ganas enormes de llorar y de incluso tirar el busca por la ventana, cosa que en el fondo no me atrevo a hacer.

mis compañeros bromean conmigo de la mala suerte que tengo en las guardias. pero es que ya no hace gracia. de verdad. parezco gafada al cien por cien. entro de guardia y el que sale me dice que no ha sido mala y voy yo y la tengo pésima. pero pésima pésima. ahora son las doce y sólo espero poder dormir de tirón toda la noche porque ya no puedo más. pero algo me dice que no será así. ojalá me equivoque. y es que encima mañana no libro, así que hasta las tres aquí. mi gran consuelo es que este jueves cojo vacaciones.

pero, como decía mi título, empiezo a entender lo que es el burn out. llevo cinco días prácticamente seguidos con el busca en mi poder bajando a urgencias y sin parar por lo pasillos del hospital, entre las urgencias, el hospital de día, las hojas de interconsulta, la planta ... no se puede negar que mi trabajo sea pasivo porque lo que es la silla no la veo en toda la mañana. pero uno tiene un límite, aunque sea joven. y eso que durante dos semanas soy la única chica del servicio (las demás están de vacas), qué poco me están cuidando mis caballerosos compañeros!

menos mal que aún me queda alguna tarde libre entre semana para poder ir a nadar, coger la bici, ver la tele tirada en la cama, tomarme un helado con mi chico e ir a cenar con los compis de terracita, que ahora que hace bueno salir por la noche es un placer sobre todo si hay buena compañía.

esta semana ha quedado marcada en el hospital por la apertura de la nueva urgencia. ahora al menos no da grima bajar a urgencias, la infraestructura actual da mil vueltas a la anterior. pero sigue funcionando igual de mal, así que menos mal que sólo tengo una guardia al mes. esto de la urgencia dio pie a una conversación muy interesante con mi jefe en la que me contó batallitas del hospital. ay que ver que vueltas da la vida en menos de 20 años!

bueno, ya me despido y me retiro a mi sofá-cama destartalado en mi habitación-sauna en la que dormiré con las ventanas abiertas para que un poco de brisa me refresque la cálida noche, que con el chaparrón que ha caído se agradece el bajón de temperatura, actualmente 24 gradetes nada más y nada menos.

hasta la próxima!

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