la semana pasada fue como cualquier semana antes de las vacaciones de navidad: frenética. pero considero que también forma parte del encanto de la navidad.
el lunes salía de guardia. la mañana me la pasé en casa esperando al técnico que tenía que revisar la instalación del gas. y como no, vino a última hora, para aquéllo de no poder aprovechar la mañana. por la tarde estuve preparando todo lo que tenía que llevar a casa. y después, para desahogarme, me fui a bailar una poca de salsa.el martes día normalillo. por la mañana consulta de hospital de día. yo, en mi línea, sufriendo dos días después los estragos de un fin de semana de guardias, es decir, cansada y muerta de sueño. por la tarde en casa con trabajos y de nuevo sesión de salsa para desconectar.el miércoles penúltima guardia del año. en su línea de guardia de entre semana: hojas de consulta, dudas en hospital de día, alguna (no muchas la verdad) llamada de urgencias y recaditos de la planta. lo bueno, pude dormir. eso sí, a las siete y media de la mañana me daban los buenos días con una llamadita de urgencias. para que te levantes con energías jejeje...
el jueves nueva libranza. ay que ver que rápido se acostumbra uno a eso de poder descansar después de pasar 24 horas en el hospital. pero como no puedo vivir lejos del hospital a las tres regresé. pero no para trabajar ni mucho menos. nos juntamos las cuatro resis para ir a comer, una buena y sana costumbre que esperamos poder mantener a pesar de nuestras guardias y demás. luego despedida de mi pareja de salsa, un simpático señor (y médico naturista, menuda casualidad y combinación) que me está aleccionando en eso de los ritmos caribeños, que hasta el año que viene no habrá más salsa para mí.
el viernes sí que fue agotador. primeros días y consulta externa, salir del hospital a las cuatro, ir a gran casa a comprar los regalos de navidad (a última hora, como no, menos mal que sabía lo que quería), terminar maleta y arreglarme para la cena de navidad. este año un poco sosa sobre todo por la ausencia de personal. pero lo pasamos bien. tras dos años en bahía cambiamos a garden y en cuanto a comida se refiere mucho mejor. espacio un poco más reducido porque las mesas estaban muy cerca. tuvimos vedettes cantando y baile en la pista central. para mí lo mejor fue que estaba al lado mismo de mi casa por lo que pude apurar un poco. me retiré a las dos porque el sábado me tocaba conducir.
el sábado día de reencuentros: papis, hermanos, zigor, amigos... y otros más materiales pero igual de valiosos como patinar en ereaga a la orilla del mar. ainhoa vino de irlanda y maite de italia. visitamos a barro con su mercadillo solidario. y tomamos un café en el irlandés, junto con el satis nuestro típico lugar de encuentro.
el domingo gran día. hacía cuatro años que no podía participar en la multitudinaria subida al pagasarri. y este año recuperé la emoción de realizar la nada penosa ascensión y además en buena compañía: félix, aitor, unai y ainhoa. y la sorpresa (aunque en parte esperada) del día: llamada de jon desde singapur, a quien llevamos hasta la cima en nuestros pensamientos.
lo que sí que fue inolvidable fue que me presentaron a alberto iñurrategi, alpinista vasco que ha coronado los 14 ochomiles del mundo. pena que su hermano félix perdiera la vida en el intento, hubieran sido los primeros dos hermanos en el mundo en conseguir semejante hazaña.
félix dio la nota juvenil de la jornada consiguiendo por la puerta de atrás el regalo de este año, una sudadera que NO era verde jejeje. yo elegí negro. al bajar del paga típico café en la alhóndiga y después paseo por la gran vía iluminada y visita a los puestos del arenal y feria de artesanía.
el lunes me agencié de mi regalo de navidad: una chaqueta de montaña north face que tenía fichada. ahora sólo me queda estrenarla! por la tarde, como manda la tradición, poteo por algorta con los amigos, ver al olentzero y cantarle mientras le prenden fuego. cena en familia, aunque no estaríamos al completo hasta navidad, junto con mi hermana y cuñado. y la novedad del año fue que, como esta nochevieja no saldré porque tengo guardia el día 1 (empiezo el año al cien por cien), me fui de fiesta al bar de edu a galdakao. también fue novedad en el sentido de que edu es camarero y pude estar detrás de la barra del bar con él, cosa que nunca había hecho. es curiosa la perspectiva desde el otro lado, como cuando uno va a la consulta del médico siendo médico.
el martes tras la comida y sobremesa con reparto de regalitos me despedí de los míos y de los amigos para marchar a zaragoza. intenté grabar en mi retina las últimas imágenes del año de algorta, puesto que ya no regresaré hasta enero. paré en zaragoza a visitar a los tíos y primos, algo que siempre es un placer. los últimos kilómetros a zaragoza los realicé circulando a través de una espesa niebla que hacía un efecto mágico sobre la luna puesto que parecía un sol. zaragoza y mi piso me recibieron fresquitos pero enseguida entré en calor, gracias en parte a un deliciosa infusión. encendí el árbol de navidad (era navidad!!!) y llené el salón de velas que iluminaban la casa sin necesidad de encender luces, creando un ambiente muy acogedor. estáis invitados!
hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario