martes, 21 de agosto de 2007

de la montaña al mar






así se pueden describir mis cuatro días de vacances en asturias oriental. lo bueno, el fabuloso paisaje. lo malo, el mal tiempo. pero es que lo uno es inherente a lo otro. como en casa, es tan verde y tan bonito pq está tan bien regado. q se le va a hacer!

el lunes después de comer nos pusimos en marcha. el viaje sin problemas pq no había tráfico. una vez en unquera ya dejamos la autovía para adentrarnos por el interior de asturias. recordamos con una sonrisa en la cara el camino hasta arenas de cabrales q habíamos hecho hace tan apenas cuatro meses cuando fuimos a la ruta de cares. de allí hasta cangas de onís todo un mundo por descubrir.

llegamos a cangas, un pueblo precioso pero intransitable en coche en pleno agosto. nos costó dios y ayuda aparcar. dejamos las maletas y buscamos la pensión. queríamos algo barato pero acogedor y dimos en el clavo: muy familiar, al lado del parque y del puente romano (símbolo indiscutible de cangas). tras acomodarnos fuimos a dar un paseo y a cenar. y pronto a la cama. entre la noche anterior (pijamas) y el viaje estaba derrotada.

el martes salió un día espectacular. el único q tuvimos. a primera hora subimos a visitar covadonga. espectacular en medio de montañas. uno se pone a pensar cómo construyeron semejante obra de arte en ese paraje y parece de locos. pero el resultado valía obviamente la pena. a media mañana nos dirigimos a arriondas para lo q sería el evento deportivo del verano: la bajada del sella. una gozada! zigor fue de timón y yo en la proa de la canoa. acabamos rendidos pero pudimos con todo el trayecto. disfrutamos mucho del paisaje, echamos risas viendo a otros q volcaban (tuvimos la suerte, sobre todo mi cámara, de no hacerlo nosotros) y zigor hizo de héroe bajando y empujando la canoa cuando nos atorábamos en las piedras (había poco caudal en algunos tramos).

el miércoles ya salió el día gris. a pesar de ello nos animamos y nos pusimos rumbo a los lagos de covadonga. de camino daban ganas de dar media vuelta: niebla q no permitía ver más q un metro por delante del coche. pero subiendo superamos la niebla y las vistas espectaculares. lo malo q para cuando aparcamos y llegamos al lago la niebla de nuevo cubría todo e impedía ver nada. nos sentamos a esperar y valió la pena: en menos de media hora el viento disipó la niebla. tengo fotos q no dicen ni la mitad de lo q nuestros ojos pudieron contemplar y q prometo enseñaros. para mí un momento inolvidable del viaje.

a media mañana decidimos bajar ... a la costa. fuimos por un camino entre valles y montañas. la lluvia hizo su temida aparición pero a pesar de ello el paisaje no perdía encanto. llegamos a la playa de las cuevas, ni la mitad de impresionante q la de las catedrales pero tampoco desmerece. esperamos en el coche a q escampara para pasear por la orilla. de allí fuimos a llanes y finalmente terminamos en ribadesella, donde pudimos cenar en terracita al calor del sol, algo q parecía impensable en aquel día.

el jueves amaneció diluviando y decidimos retirada. de camino a casa hicimos un desvío al desfiladero de los beyos, q nos recordó al de benasque pero aún más largo (de hecho no llegamos al puerto del pontón). paramos para intentar ver el salto de los salmones pero no hubo suerte, o quizás no era temporada. luego mi gran decepción. subimos hasta un pueblecito donde hay un mirador al naranjo de bulnes. pero había tanta niebla q sólo por el plano sabía dónde supuestamente estaba. última parada en arenas para tomar algo y en unquera para comprar las míticas corbatas y después a casa. llegamos a tiempo para quedar con los amigos y comprobar q todo seguía en orden tras nuestra ausencia.

a pesar del mal tiempo y de problemas médicos personales (cogí catarro y faringitis) guardo muy buen recuerdo de estos tres días en tierras astures. prometo fotos.

hasta la próxima!

No hay comentarios: